Xabier Sánchez Duro | Divulgación y Comunicación Gastronómica
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El blog de Xabier Sánchez Duro

Una respuesta a las preguntas, dudas y obstáculos surgidas a lo largo de mi carrera.
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Síndrome del Impostor: qué es y cómo superarlo

7/7/2020

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Son muchos los motivos que pueden haberte llevado a entrar aquí hoy. Desde la mera curiosidad causada por el atrayente nombre de este síndrome, hasta haber visto la exitosa serie de Netflix 'Valeria'. con cuya protagonista todos nos hemos sentido identificados en algún punto de su vida, sumergida en una vorágine auto-destructiva.

La figura de una escritora bloqueada. El sentimiento de que tu entorno ha creado unas expectativas de tu trabajo que tú misma no puedes alcanzar. El envolverte en un malestar emocional que te hace sentir cómo un fraude. Valeria ha despertado en nuestro interior el interés por un trastorno que sufre el 70% de la población y que, probablemente, tú mismo hayas padecido alguna vez.

¿Qué es el Síndrome del Impostor?

El Síndrome del Impostor es la sensación de no estar nunca a la altura; de no ser lo suficientemente bueno, competente y capaz; de ser un fraude. Según la doctora Valerie Young, psicóloga especialista en este trastorno, 7 de cada 10 personas sufren del SI.

Ligado al Pesimismo Defensivo (PD), se basa en la existencia de dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado. Todo ello a pesar de una importante historia de éxitos. Las personas sufridoras del Síndrome del Impostor no se creen merecedoras de los logros obtenidos, y les preocupa que los demás puedan descubrir en cualquier momento que no son tan inteligentes.

Empezar con un nuevo proyecto, cambiar de puesto de trabajo e incluso asumir un cargo de alta responsabilidad son algunos de los desencadenantes de este trastorno. 

¿Quién lo padece?

El Síndrome del Impostor puede manifestarse en cualquier persona. Desde emprendedores novatos, a aquellos estudiantes de éxito que una vez llegan a la universidad o a un nuevo puesto de trabajo entrar en una espiral de inseguridad y auto-sabotaje.

Generalmente, el SI se presenta en mayor medida entre mujeres. La doctora Valerie Young explica en su libro The Secret Thoughts of Successful Women: Why Capable People Suffer from the Impostor Syndrome and How to Thrive in Spite of It la relación entre aquellas que padecen del Síndrome del Impostor y la presión ejercida por una sociedad en la que hoy en día siguen existiendo sendos estereotipos de género que suponen una responsabilidad moral extra.

Un estudio realizado por las doctoras Pauline Clance y Suzanne Imes demostraba la existencia de dos grupos de mujeres que experimentaban el SI:
  • La 'segunda' de la familia, aquella niña que va siempre detrás del hermano/a y que siente la necesidad se sacar sobresalientes a lo largo de su vida académica para demostrar su valía en busca de la aprobación parental.
  • Y la niña 'sobre-estimulada'. Aquella que crece oyendo sus padres que puede con todo, lo inteligente que es. Y en el momento en el que la vida le exige un esfuerzo extra se crea una distorsión entre la imagen de sí misma y sus capacidades reales, no creyéndose merecedora de los éxitos alcanzados hasta el momento.

Ambas actitudes acaban desencadenando en la frustración. La cancelación de proyectos y la negación de oportunidades antes de enfrentarse a ellos por miedo al fracaso y ser descubiertas/os como un fraude. ¿Te suena?

Comportamientos limitadores que caracterizan a las personas sufridoras del Síndrome del Impostor

  • Falsa humildad: Cuando te desquitas de todos tus logros para evitar ser arrogante no te hace humilde, sino que te hace sentir menos que la mayoría desarrollando así un complejo de inferioridad.
  • Síndrome del autosabotaje: Caer constantemente en la procrastinación. Buscar avanzar laboralmente, escapar de un trabajo que no te hace feliz, o simplemente desarrollarte profesionalmente y ser incapaz de ello. En este caso, tú eres tu propio enemigo. No te consideras merecedor de ello y consideras tus logros profesionales fruto del azar, de estar en el momento y lugar adecuados, cuando han sido fruto de tu esfuerzo.
  • Un listón demasiado alto: Esa exigencia llega a paralizar a las personas, porque temen que su trabajo nunca será lo suficientemente bueno. Y el criterio de qué es «suficiente» viene únicamente marcado por el listón que ellas mismas han puesto. Un listón habitualmente muy por encima de lo razonable.
  • Síndrome de hiper-responsabilidad: El sentimiento de que toda responsabilidad de equipo recae sobre tus hombros. Está bien ser responsable, pero no sólo tiras tú del carro. Este es uno de los comportamientos que más pueden describirme a mí mismo. En todos mis trabajos he tenido un sentido excesivo de la responsabilidad, culpándome a mí mismo cuando algo salía mal o se cometía algún error. Sentía que era mi obligación sacar todo adelante, y me frustraba si no llegaba a ello, desencadenando en una frustración que nublaba mi mente y me sumergía en la oscuridad más absoluta, arrastrando la culpa durante días y afectando, directamente, a mis capacidades productivas y relaciones interpersonales.

​Y, puede que te sorprenda saber que, a día de hoy sigo sufriendo de todas y cada unas de las condicionantes que arriba menciono. El primer paso está en ser consciente de ello, de que sufro del Síndrome del Impostor, y luchar contra mi propia inconsciencia cuando ésta quiere dar el golpe de estado y decirla: No, todo va bien.

¿Cómo sé si padezco de Síndrome del Impostor?

Tómate cinco minutos para pensar. Relaja tu mente, medita si es necesario. Respira hondo y expulsa el aire. Cuando te sientas relajado, libre de sincerarte a ti mismo, pregúntate lo siguiente:

  1. ¿Te cuesta aceptar cumplidos?
  2. ¿Sientes que no mereces los reconocimientos que recibes?
  3. ¿Sientes que las cosas que has logrado en tu vida ha sido principalmente por suerte?
  4. ¿Piensas que tus logros no son tan impresionantes como algunas personas dicen?
  5. ¿Te consideras una persona perfeccionista?
  6. ¿Temes que los demás descubran que no eres tan inteligente como creen?
  7. ¿Tiendes a recordar con más frecuencia tus errores que tus aciertos?
  8. ¿Tiendes a compararte con otros y piensas que no eres mejor que ellos?

Creo que no hace falta que te diga que, si has respondido que sí a la mayoría de las cuestiones. Al igual que el 70% de la población, sufres de SI.

¿Cómo lo supero?

Son muchas las estrategias que puedes adoptar para combatir a tu 'yo cabrón'. A continuación te explico mis favoritas, y las que me funcionan a diario:
  • No te compares para menospreciarte, compárate para ganar: puede que suene a psicología barata, pero es realmente útil. Generalmente, cuando nos comparamos con el resto, tendemos a ver sus 'éxitos' y nuestros 'fracasos'. Pero ni los 'exitos' son éxitos ni los fracasos fracasos. De un error se puede aprender mucho más que de un acierto, aunque con un coste emocional que debemos aprender a asumir. Cuando te preguntes ¿Quién soy yo para hablar de esto? Entonces sí, compárate con los demás. ¿Quiénes son ellos para hablar de lo que hablan? ¿Cuáles son sus conocimientos? ¿Sobre qué hablan? Pronto te darás cuenta que, cuando estás especializado en un tema y lo has estudiado durante meses o años, ya sea por trabajo o por afición, ya estás capacitado para hablar de ello. Da tus respuestas en función de lo que sabes, y no de lo que pretendas saber. Siempre habrá alguien que sepa más que tú, pero siempre serás el experto para alguien.
  • Ridiculiza al impostor que llevas dentro: Esta es mi favorita, yo le pongo motes al mío. Generalmente lo llamo 'Mi YO cabrón'. El personaje de Maria Teresa, 'la alcaldesa' en la serie 'La Que se Avecina', lo llama 'el pajarraco', y tú lo puedes llamar 'pequeña mierdecilla' si así lo necesitas. Esta parte de ti suele parecerse a ese amigo que no sabes porqué sigues quedando con él, que te dice frases como 'vaya potra has tenido tío' o 'te lo dije, te ibas a hostiar'. Puede que incluso llamar como él a esa parte de ti te ayude.
  • Sé tu propio superhéroe: Así lo hizo la cantante y concursante de OT 2019 Maialen Gurbindo, más conocida como Chica Sobresalto. La creación de un álter ego puede ayudarte a esconderte tras una figura que te ayuda a superar las adversidades. Esta estrategia utilizada en las artes escénicas para superar el miedo a salir al escenario sirve para dotarte de las habilidades que crees carecer, y hacerte con ellas para superar tus propios medios. Dale un nombre imponente, motivador, que sólo pensarlo, te de la fuerza para salir del apuro.
  • Por último, enorgullécete de lo que has hecho, estás haciendo y harás: Todo ello te ha formado como persona, en lo que hoy en día eres. Tus éxitos son tuyos, de nadie más. Para mí el éxito es hacer lo que me gusta, hablar de gastronomía y divulgarla (aunque hoy me haya desviado un poco del camino para hablaros de mis propios miedos), mientras que para otros, el éxito es, simplemente, estar dónde querrían estar en ese instante. Valórate, haz un importante trabajo de introspección, y redescúbrete.
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